¿Por qué todos caen rendidos al champagne rosado?
¿Cómo es que un champagne que comenzó siendo visto como un producto inferior haya terminado por ser todo un referente de elegancia y buen gusto? Pues, como todo en esta vida, las modas cambian y también han cambiado las maneras en las que se elabora este producto y con ellas la consideración de la que goza en un mercado que es muy competitivo y que, sin dudas, se caracteriza por el gusto sofisticado.
Hace más o menos cien años, cuando comenzó a comercializarse este vino rosado, se consideraba que era un producto barato y de mala calidad porque solo se empleaban en su elaboración las uvas de baja calidad. No tenía la clase de un tinto ni el componente festivo del champagne clásico, por lo que se vendía como una alternativa barata en lugares en los que la elegancia no era la etiqueta por la que destacaban. Por tanto, quienes eran los consumidores de champagne clásicos no querían tener nada que ver con esta bebida, que no estaba a la altura de lo que estaban acostumbrados.
Pero con el paso del tiempo, muchas de las bodegas que elaboran este tipo de bebidas comenzaron a mimar sus rosados y pronto comenzaron a aparecer vinos de muy buena calidad. De esta forma, rose and champagne dejó de ser la combinación de menos calidad para pasar a ser un símbolo de elegancia y de sofisticación. Un tipo de vino que no era muy corriente y que tenía ya una muy buena calidad, por lo que era algo que marcaba la diferencia. Y, ¿a quién no le gusta marcar la diferencia? Lo que era un producto inferior se convirtió en algo con un toque de exclusividad gracias a un mimo y unos cuidados de los que no había gozado antes.
Así llegó el champagne rosado a hacerse con un mercado que inicialmente tenía vetado y para el que no había sido creado en su orgien. Y hoy, el vino espumoso rosado sigue siendo todo un sinónimo de buen gusto. Muchas personas lo relacionan ya con momentos muy especiales, en los que se quiere tener algo que se salga un poco de lo habitual y que sorprenda, pero sin renunciar en absoluto a la calidad del producto. Es más, en muchos casos superándola. ¿Has probado ya el champagne rosado? ¿Qué opinas de esta bebida cada vez más de moda?
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