Convierte tu casa en una fortaleza cuando llegue el bebé

Todo el mundo se siente con derecho a dar consejos a padres primerizos. Da la sensación de que todos los familiares, amigos y compañeros de trabajo están al acecho esperando el momento de que se produzca el alumbramiento para contar un sinfín de anécdotas y toda una interminable lista de consejos sobre vida de segura de bebé.

El asunto es que un padre o una madre primeriza no suelen pedir demasiados consejos, quizás a sus respectivos padres, pero poco más. Nadie nace aprendido, como decía mi madre, eso está claro y cuidar de un bebé no es fácil. Pero de ahí a que todos los padres de tu entorno, incluso los que no son padres, tengan a mano dos o tres consejos para cuidar al bebé, hay un trecho.

En mi caso, una de las cosas que más preocupa es la seguridad en el hogar. No tengo mucho interés en como viste o en el dinero que hay que meter en su fondo de pensiones, pero la salud del niño sí lo considero un asunto clave. Nadie quiere mirar estadísticas de accidentes de bebés en el hogar, yo tampoco, pero es un hecho que este tipo de descuidos pueden tener terribles consecuencias. Como siempre, la mejor estrategia en este sentido es la prevención.

Un buen amigo me dijo una vez que cuando llegó su bebé casi convirtieron la casa en una fortaleza. Su mujer era una obsesionada con la seguridad y se tomó al pie de la letra los consejos de vida segura que puedes encontrar en cualquier revista o publicación especializada.

Un aspecto muy importante es el baño. Hoy en día venden bañeras especializadas para bebés, con suelo antideslizante, un tope de agua y unos materiales adecuados para su uso con pieles sensibles como son las de los niños más pequeños. El mayor riesgo con el baño, por supuesto, está en el ahogamiento. Nunca hay que sobrepasar la marca que aparece en la bañera y nunca dejarlo solo.

Y mucho cuidado también con las caídas. Las superficies altas son un peligro porque los bebés pueden moverse un poco sin que nos demos cuenta y caer. Mucha atención.