¿Por qué escoger un queso ecológico?
Si has visto en el supermercado al que acudes normalmente Queso gouda Ecológico certificado te habrás preguntado cuál es la diferencia entre comprar ese queso y un queso gouda cualquiera. Lo cierto es que existen diferencias que vamos a enumerar y que van bastante más allá de una simple etiqueta:
– El origen de la leche. La leche de los quesos ecológicos es leche de pastoreo, es decir, de animales que se alimentan principalmente de una forma tradicional, como se han venido alimentando de toda la vida. Solo de esta forma la leche que van a dar podrá tener el sabor de la leche de verdad que da origen a los quesos más ricos y más valorados.
– El trato a los animales. Los animales que producen la leche de un queso ecológico tienen que llevar un estilo de vida concreto y muy respetuoso para poder ser incluidos en esta categoría. Por ejemplo, tienen que poder pastar en libertad un cierto número de horas al día. También tienen que tener un espacio adecuado para vivir en interior, no se les dan productos para aumentarles la producción de leche y tampoco reciben medicación preventiva. Además, entre un parto y otra inseminación debe de pasar un tiempo suficiente para que el animal se recupere.
– La elaboración del queso. La elaboración de un queso ecológico es la tradicional. Estos quesos suponen una vuelta a las tradiciones milenarias en la elaboración de derivados lácteos. Con todas las seguridades y garantías sanitarias de hoy en día pero con el sabor delicioso e intenso de toda la vida. Porque para hacer queso no hacen falta químicos ni procesos excesivamente complicados.
Tradición, respeto a los animales y garantías de higiene son pues las características más importantes que definen a los productos ecológicos, pero, además, cuentan con un maravilloso sabor que deleita a los paladares más exigentes y que están acostumbrados a los quesos más sabrosos.
Los quesos ecológicos son además productos equilibrados, sin grasas que non sean las que proceden de la leche y muy ricos en proteína animal. Eso sí, son igual de calóricos y ricos en grasa que los quesos normales por lo que deben de ser consumidos con moderación. Por suerte, un pedacito pequeño es suficiente gracias a su sabor intenso y a su gran capacidad de saciar. Y precisamente consumiéndolo es donde se aprecia la diferencia de este queso.
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