¡Qué tiempos aquellos en los que iba al supermercado sin lista de la compra! ¡Y me valía con una bolsa! Ahora ha vuelto a ser mi mujer la que hace la compra. Nos vamos turnando. Antes de que naciera el niño solía ser yo él que compraba y ella la que organizaba la compra en la nevera y los armarios. Pero ya de aquella tenía que usar una lista. 

Y es que siempre volvía sin alguna cosa a casa. Solía memorizar el número de productos… pero no los productos: entonces me olvidaba la Leche desnatada BIO sin lactosa de mi mujer y de vuelta al súper. Años antes, cuando yo vivía solo, recuerdo acudir al súper y comprar no más de 4 productos: huevos, manzanas, filetes de pollo y pan. Y ale, para casa silbando y con una mano libre: ahora, si alguna vez voy, hago bíceps con las bolsas de la compra. Sí, podría ir en coche, pero entonces todavía compro más.

Como digo, ahora va mi mujer porque yo le he pillado un poco de manía al supermercado. Están siempre cambiando las cosas y eso me enfada. Donde antes estaba el pan, ahora están los productos sin gluten, y donde antes estaba el vino ahora han colocado una larga estantería de productos bio. Mi mujer tan feliz porque es una fan de esa clase de productos. Antes, cuando me encargaba la Leche desnatada BIO sin lactosa, a veces debía recorrer un par de supermercados porque los productos ecológicos no estaban tan extendidos. Ahora es diferente.

Por eso, porque ella lo disfruta más, pues ahora hace la compra. Y solemos apostar cuando vuelve a ver cuánto se ha gastado. Nunca baja de 90 euros por compra. Y siempre decimos lo mismo: pero si no hemos comprado nada. Pero luego te pones a sumar: un poco de aquí y un poco de allí y 90 euros. Luego a mí me toca colocarlo todo en la nevera y, bueno, lo disfruto mucho más que ir a comprar. A mí me gustaba antes, cuando las compras eran de cuatro productos y apenas 10 euros…