Aprende a cocinar bizcocho de la forma más sencilla
El bizcocho es un alimento muy nutritivo ya que sus ingredientes son naturales. Cuando se realiza en casa, podemos controlar el tipo y cantidad de aceite que le añadimos, por lo que el resultado será mucho más saludable. También mediremos la cantidad de azúcar y, por supuesto, no contendrá conservantes ni colorantes de ningún tipo.
Elaborar un bizcocho es muy sencillo, no tienen problema ninguno y su receta es muy básica. La más conocida se conoce como la receta 3, 2, 1. Y hace referencia a sus ingredientes: Se comienza usando un yogur y su vaso será la medida para el resto: 1 vasito de aceite, 2 vasitos de azúcar y 3 vasitos de harina. A mayores se le pueden añadir dos huevos que pueden sustituirse por un vasito de leche entera central lechera asturiana y, por supuesto, una pizca de sal. También llevará una cucharada de levadura.
La mezcla es muy sencilla, solo hay que poner todos los ingredientes en un cuenco y batir con la batidora hasta que no queden grumos. Colocar la mezcla en un molde de silicona para que no se pegue o en uno clásico previamente embadurnado de aceite y de harina y meter al horno. El horno debe de precalentarse mientras se realiza la mezcla para que esté a la mejor temperatura al meter el bizcocho. Aunque los tiempos variarán según el horno y su potencia, lo normal es que se deje unos 35 minutos a 180 grados. Pasado este tiempo, se pincha para comprobar que está bien cocinado y, si es así, se deja enfriar dentro del horno entreabierto para que no baje.
Una vez que está a temperatura ambiente, se quita del horno, se desmolda y se puede disfrutar como más guste en casa: mojándolo en leche, solo o incluso usándolo de base para una tarta. Aunque es delicioso sin necesidad de nada más, puede personalizarse creando bizcochos de chocolate, con fruta escarchada, con frutos secos o incluso con coco. Acepta tantas variaciones como se desee.
El yogur que se use para el bizcocho puede ser de limón para darle un poco más de gusto, pero también se pueden añadir a la masa aromas, como el de vainilla o incluso agua de azahar. Todo esto le dará a cada postre un sabor personal y muy diferente que hará que el bizcocho que se coma en cada hogar sea único.
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