Tengo dos pisos en alquiler desde hace diez años. Los heredé de mi padre y hasta ahora no me habían supuesto grandes quebraderos de cabeza. De hecho, en uno de ellos llevamos con los mismos inquilinos desde cuando tomé el testigo de mi padre. En el otro, sin embargo, ya he tenido que ponerlo en alquiler dos veces, y ahora llega una tercera.

Me gusta llevarlo yo sola, sin apoyo de una agencia, porque vivo cerca y tengo tiempo suficiente, pero es cierto que me va a tener que tocar ponerme al día con respecto al proceso de puesta en alquiler. Lo primero que he hecho ha sido ponerme en contacto con unos amigos que hacen impresion gran formato soportes rigidos para poner el anuncio en el piso. Sé que hoy en día casi todo se mueve a través de internet, pero no quiero dejar ningún cabo suelto. Se trata de una calle muy transitada y con un buen cartel estoy segura de que recibiré más ofertas.

Y es que las formas de anunciar el piso para alquiler han cambiado mucho en los últimos años: todavía hay quien pega cartelitos en los semáforos confiando en que así lo verá más gente. Pero de lo que no hay duda es de que también hay que estar en la red. Así como un cartel bien hecho es importante para que te tomen en serio, también lo son las fotos que cuelgas en las distintas plataformas de alquiler de pisos. He visto pisos con fotos torcidas y de mala calidad: así es mucho más difícil que alguien se pueda interesar por un piso.

Yo tengo una cámara reflex que uso para las fotos y además trato de resaltar los puntos más fuertes de la casa para que llame la atención. Además de que el cartel diseñado por los chicos de la impresión gran formato soportes rígidos sea de calidad, si las fotos también los son habrá más gente que venga a verlo. Y luego está la limpieza del piso para recibir a los posibles inquilinos. Está claro que me toca trabajar en las próximas semanas…