Juntamente con su propuesta de valor y la atención al cliente, el éxito de hoteles y restaurantes depende de su estrategia promocional. La implementación de accesorios y mobiliario personalizados es una de las más eficaces y comunes en este sector. Y es que las sillas, parasoles, mesas, etcétera, actúan como soportes visuales que comunican la imagen corporativa del establecimiento, fomentando su diferenciación del resto. También la carta, las servilletas y otros elementos de Material publicitario para hosteleria difunden el logotipo y el nombre de la marca.

Por su parte, las redes sociales se han convertido en parte esencial de la mercadotecnia de empresas hosteleras, con independencia de su tamaño y alcance geográfico. La difusión de recetas y eventos, la posibilidad de recibir ‘feedback’ o la inversión en anuncios en fechas clave convierten a Facebook, Twitter e Instagram en aliados de cualquier hotel o restaurante.

Un clásico del sector es el lanzamiento de ofertas y descuentos con motivo de San Valentín, Año Nuevo, Nochebuena y otras fiestas señaladas. Esta estrategia incrementa las visitas y consumos y demuestra ser rentable con un adecuado ajuste de precios y ganancias.

Relacionada con la estrategia anterior, la creación de programas de fidelización es una forma de premiar a los comensales habituales, incentivando a otros a consumidor con mayor asiduidad para beneficiarse de suculentos descuentos.

Aprovechando el ‘boom’ de las apps de móviles en 2010, numerosas empresas de hostelería apostaron por desarrollar su propia aplicación, y el tiempo les ha dado la razón. Todavía no es tarde para entrar en este mercado y posicionar la propia marca entre una audiencia joven de creciente poder adquisitivo.

Pese a la digitalización, el boca a boca sigue presente en el sector hostelero, y las compañías grandes y pequeñas no deberían permanecer al margen. Incentivar a los clientes satisfechos a valorar su experiencia en Facebook, Google My Business o Trip Advisor es una estrategia inteligente.