La delegación china
Cuando iniciamos nuestro proyecto de cerveza artesanal nunca pensábamos que se transformaría en nuestro trabajo. Somos tres amigos, cada uno con su profesión (yo soy periodista) unidos por nuestro amor por la cerveza. Animados por la proliferación de marcas y aprovechando que Juanra, uno de los socios, había heredado las instalaciones de la vieja cervecera de su padre, nos lanzamos a dar forma a nuestro proyecto.
En un principio, como digo, tan solo se trataba de un hobby y solo teníamos pensado tratar de distribuir el producto entre algunos hosteleros amigos. Pero los dos tipos de cerveza que sacamos gustaron mucho, se fue corriendo la voz, y nos tuvimos que poner más en serio. Y llegó el momento de inflexión. No podíamos seguir teniendo dos trabajos: o nuestras profesiones… o la cerveza. Y optamos por la cerveza, claro.
Es cierto que nos la jugamos un poco, pero ya teníamos perspectivas comerciales positivas que nos permitían tener confianza: es decir, tampoco nos lanzamos a una piscina sin saber si había agua. Y es que a través de un amigo chino, tuvimos la suerte de interesar a un distribuidor de productos alimenticios en Shanghái. Cuando nos visitó la delegación china tuvimos que acudir a una empresa de interpretacion porque ellos no dominaban bien el inglés (ni el español) y nosotros lo del chino nos queda un poco grande.
Tengo que decir que fue una situación un tanto extraña ya que no podíamos hablar con ellos directamente, como siempre habíamos hecho con otros clientes y distribuidores, pero la intérprete debió hacer un trabajo excelente porque la delegación china se fue con una sonrisa de oreja a oreja. La respuesta nos llegaría poco tiempo más tarde y sería positiva: nuestra cerveza se empezaría a distribuir en canales gourmet de algunas ciudades chinas lo que podía disparar nuestra rentabilidad.
Y no sería la última vez que tendríamos que confiar en una empresa de interpretacion para negociar contratos de distribución. Lo siguiente fue en la India, donde también logramos colar nuestros productos. Ni que decir tiene que ninguno de los socios pensamos en volver a nuestros antiguos trabajos.
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