Breve guía para elegir barras de cortina para el hogar

La barra de cortina es un accesorio decorativo y funcional a partes iguales: sin ella los estores y cortinas perderían un soporte esencial, además de presentar una estética fuera de lo común considerando los convencionalismos de la decoración del hogar. Aunque los modelos sin barra ni taladros están ganando peso en el mercado, la demanda de productos de fabrica de barras de cortinas ha mantenido unas cifras saludables.

 

Una primera decisión es el tipo o modelo de barra de cortina deseada, condicionada por el lugar en que se instalará, a saber: en la pared, en el techo, entre dos paredes, en el dintel de un vano, etcétera. La mayor parte de las barras de cortina están pensadas para ajustarse a la pared, incluyendo soportes y tornillos que obligan a realizar taladros. Así sucede también con las barras diseñadas para fijarse al techo; únicamente, sus soportes y accesorios se adaptan mejor a esta superficie.

 

La instalación de la barra de cortina sobre el dintel de la ventana o apoyada entre las jambas de su vano es otra excelente solución, pues evita practicar taladros que deterioren la superficie de la pared. Por esta razón, son igualmente populares las barras de cortinas instaladas entre dos paredes, en las que se prescinde de clavos y tornillos.

 

Conociendo el tipo de cortina a instalar, los compradores están en disposición de determinar las dimensiones de la barra, así como su estética decorativa. Este paso es el más sencillo: bastará con realizar una medición previa de la ventana o balón donde vaya a ser instalada, para utilizar esta información en el momento de adquirir la barra de cortina. Respecto a su diseño, la decoración existente dará una respuesta precisa para elegir la estética más adecuada.

 

En concreto, las barras de cortinas se fabrican en un amplio abanico de materias, como la madera, el acero o el latón, fáciles de personalizar con pintura, barniz u otro producto similar.