En vacaciones, vete a conocer las islas gallegas

¿Te imaginas viajando a una isla paradisíaca con largas playas de arenas blancas y aguas cristalinas? ¿Te imaginas detrás un paisaje casi virgen en el que poder perderte y disfrutar de la naturaleza, del canto de los pájaros y de aire puro? Y, al llegar la noche, ¿te imaginas un cielo plagado de estrellas que no se vean eclipsadas por la contaminación lumínica?

Seguro que lo estás imaginando y piensas que tendrías que viajar muy lejos para poder disfrutar de algo así. Tal vez a algún paraíso en Tahití o en el Caribe. Y no hablemos de lo que costaría eso, así que mejor ni imaginarlo. Pero ¿y si te dijera que tienes todo eso muy cerca de casa y que puedes vivirlo a tope por muy poco dinero? ¿Te atreverías a volver a imaginarlo?

Galicia tiene en sus Rías Baixas unas islas que cumplen con todo lo que te hemos contado y que, además, están a tu alcance. Son lugares protegidos, por lo que te vas a encontrar en un espacio maravilloso y muy cuidado. El número de visitantes diario está limitado para evitar, precisamente, que acaben por sobreexplotarse y su belleza se mustie.

Puedes elegir entre dos destinos igual de idílicos: las islas Cíes o la isla de Ons. En ambos lugares tienes la opción de ir a pasar el día o de quedarte a dormir. En las Cíes en su fantástico camping y en Ons, además, cuentas con algunos apartamentos. Una vez que tengas tu reserva solo tienes que entrar en el punto de Venta billetes barco cies o el de Ons y comprar tu pasaje.

Las islas Cíes no están habitadas. Hay alguna casa pero no viven en ella todo el año. Ons, por el contrario, sí cuenta con un pequeño número de personas que viven de forma permanente. Algo que la hace única ya que el barco es la única forma de acceso.

Como hemos dicho, el número de visitantes está limitado y esto hace que en los momentos de más turismo haya una altísima demanda. Además, el camping solo está disponible en la temporada de verano. Por eso, recomendamos reservar con antelación para no quedarse sin plaza. Pero, sin duda, vale la pena anticiparse porque una vez allí, sabrás lo que es estar en el paraíso. Y uno que tenías muy cerca de casa sin saberlo.