Mejores prácticas para cuidar la dentadura

Pese a estar concienciadas desde temprana edad con la higiene dental y su importancia, las nuevas generaciones continúan mostrándose negligentes en este aspecto. Es por ello que cometen errores que perjudican tanto su sonrisa como su salud y bienestar general. Al respecto, una práctica recomendada consiste en someterse a una revisión anual, gratuita para quienes contratan un seguro adeslas dental familiar.

Este chequeo, que el Colegio de Odontólogos de Madrid sugiere efectuar de forma bianual, permite diagnosticar el estado de la dentadura y detectar dolencias menores antes de que se conviertan en una amenaza grave. También se examinan posibles irregularidades en la articulación temporomandibular.

Como es lógico, estas revisiones o el blanqueamiento dental no eximen al usuario de cuidar su higiene diaria. Para mantener las piezas dentales en condiciones óptimas, es aconsejable el uso de un enjuague bucal después del cepillado. Con ello, se logran eliminar en profundidad las bacterias y microorganismos que permanecen entre los dientes. Los colutorios deben emplearse de dos a tres veces al día. Incluir el hilo dental en la rutina de limpieza es una decisión inteligente.

Además, ralentizar el deterioro mental requiere de aliados como el flúor. La aplicación de este mineral (por ejemplo, a través de dentífricos) ayuda a restablecer el esmalte dental y previene el sobrecrecimiento bacteriano en la cavidad bucal. Adicionalmente, proporciona una sensación de frescor en boca muy estimada por los consumidores.

Al contrario que el flúor y otras sustancias benéficas para la salud de los dientes, determinados alimentos son considerados ‘enemigos’. A este grupo pertenecen, por ejemplo, el tabaco, el alcohol y un conjunto de alimentos de acidez superior a la normal: las bebidas carbonatadas, el vino tinto o blanco, el limón y multitud de cítricos, etcétera. En su lugar, se recomienda la ingesta de alimentos con abundantes proteínas y vitaminas del grupo A, C y D.