UNA NUEVA MUDANZA

Hace unos días he estado ayudando a uno de mis amigos con la mudanza de los muebles para su nuevo piso. Digo nuevo porque para él es un piso nuevo, pero en realidad es un piso que ya tiene unos cuantos años de uso y para mí le hacen falta unas cuantas cosas para estar del todo bien, pero eso con el paso del tiempo se irá solucionando poco a poco. Un día me preguntó si sabía hacer cortinas con presillas pero le dije que no tenía ni idea, pero él me dijo que su abuela le había enseñado hacía ya bastante tiempo como hacer cortinas con presillas y me pareció una buena solución. Pero no solamente al piso le faltaban unas cuantas cortinas sino que en algunas habitaciones antes de empezar a vivir en él le hacía falta una buena limpieza, ya que ese piso ya llevaba un tiempo sin habitar y la suciedad se había apoderado de él. Pero eso tenía una solución muy sencilla y entre los dos nos repartimos el trabajo de limpieza que en cuestión de un par de horas ya habíamos terminado. Una vez tuvimos terminada la limpieza de las habitaciones vino lo verdaderamente grande de la mudanza que fue llevar sus muebles desde su anterior piso hasta el nuevo, menos mal que alquiló una furgoneta barata porque del contrario no hubiésemos tenido forma de mover unos muebles tan grandes. Porque para el salón tenía un par de muebles antiguos de madera que había heredado de la casa de sus abuelos. Esos muebles a la juventud ya no les gustan pero a mí sí que me gustan porque además de ayudar a guardar la loza y la vajilla también ayudan en la insonorización y aislamiento del salón que es algo que los jóvenes no se dan cuenta y solamente ven que no les gusta el aspecto. Yo he crecido con esa clase de muebles en el salón y para mi son verdaderamente útiles y le dan un servicio extra a la estancia. Pero cada uno que ponga en su casa lo que más le guste.