Una cocina nueva sin obra

Somos unos comodones, queremos que todo esté perfecto en casa pero sin tener que mover un dedo y, a poder ser, gastando lo menos posible. Todavía creemos en milagros, incluso cuando hablamos de reformar casas. ¿Que quieres una cocina estupenda pero no quieres hacer obra? Pues, reza lo que sepas…

Cuando escucho hablar a profesionales del sector de las reformas sin obras siempre pienso que me están tomando un poco el pelo. Pero bueno, ellos son los profesionales, no yo, así que tengo que, al menos, escuchar lo que dicen.

Mi cocina necesita un lavado de cara pero tampoco me apetece meterme en una obra. Me he puesto en contacto con algunos profesionales de reformas de cocinas y he empezado a tomarme un poco más en serio lo de la reforma sin obras. Me dicen que se puede cambiar la cara a una cocina sin necesidad de tirar tabiques ni ampliar el espacio, y sin acudir al comodín de cocina abierta que tan de moda está ahora.

Llamadme loco, antiguo, o lo que sea, pero yo no quiero una cocina abierta. O sea, quiero que el salón sea el salón y la cocina, la cocina: cada cosa en su sitio. Y no es para que el servicio no se mezcle conmigo en el salón de los señores. No tengo servicio. La cocina es para cocinar y/o comer, y el salón para estar. No me parecen del todo compatibles. Y he vivido en casas de ‘concepto abierto’ y tampoco me he querido suicidar ni nada, pero prefiero que la cocina esté en su sitio. Gracias.

Los expertos en reformas de cocinas ya conocen mi opinión y además, si pretendo una reforma sin obra, no es posible concretar ese espacio abierto. Y entonces, ¿qué pueden hacer con la cocina? Pues desde una mano de pintura a cambiar algunos muebles, un suelo nuevo, cambiar la encimera, etc.

Tal y como me lo han explicado sí que existen opciones interesantes para cambiar la cocina sin que me salga por un ojo de la cara. Al final voy a creer en los milagros, aunque sea en la cocina de mi casa.